Blog Image
30/9/2025
1

Continuidad empresarial con CMMI® (Capability Maturity Model Integration®)

Cómo mantener tu negocio en movimiento ante cualquier imprevisto

A veces, las interrupciones llegan sin avisar y pueden afectar más que solo los resultados financieros: paralizan equipos, complican procesos y ponen a prueba la capacidad de adaptación de la organización. Por eso, planear cómo mantener las operaciones críticas en marcha no es un lujo, es una necesidad.

El área de práctica de continuidad, dentro del modelo CMMI®, ayuda a las empresas a anticipar escenarios disruptivos y reaccionar de manera organizada. Este trabajo comienza con el análisis de los posibles escenarios de interrupción, evaluando la probabilidad de que ocurran y su impacto en los servicios críticos. A partir de ello, se definen tiempos de recuperación, niveles mínimos aceptables de servicio y se identifican tanto los recursos como al personal clave que deben estar listos para garantizar la operación.

La continuidad no se trata de que todo siga igual, sino de mantener en funcionamiento lo verdaderamente esencial. Para lograrlo, se requiere una planeación que combine:

  • Funciones esenciales: Identificar las áreas que no pueden detenerse, como servicios al cliente o infraestructura clave.
  • Recursos críticos: Personas, sistemas, datos y procesos que garantizan la operación.
  • Planes de contingencia: Estrategias claras para distintos escenarios, desde emergencias locales hasta situaciones globales.
  • Capacitación del equipo: Cada colaborador debe saber qué hacer cuando se activa un plan de continuidad.
  • Evaluación constante: Probar, ajustar y mejorar los planes conforme cambian las necesidades del negocio.

Este enfoque implica no solo documentar procedimientos, sino también establecer protocolos de comunicación, acuerdos de niveles de servicio (SLA) y un ciclo de pruebas y revisiones que garantice que la organización se mantenga lista para responder en cualquier momento.

Cómo se implementa

CMMI® propone un enfoque por niveles que facilita la mejora continua de los procesos y fortalece la continuidad operativa. A continuación te compartimos una breve descripción de cada nivel:

  1. Iniciar: definir escenarios de riesgo y tiempos de recuperación básicos.
  2. Formalizar: documentar funciones esenciales, recursos críticos, dependencias y protocolos en un Plan de Continuidad con prioridades y acuerdos de servicio.
  3. Entrenar y mejorar: capacitar equipos, ejecutar pruebas periódicas y ajustar el plan con base en los resultados, asegurando que la continuidad sea un sistema vivo y actualizado.

La ventaja de planear con anticipación

En toda empresa de servicios, tener prácticas de continuidad no es solo recomendable, es fundamental. Estas prácticas garantizan que, ante cualquier imprevisto, la operación pueda seguir adelante sin mayores interrupciones. Además, permiten que los equipos tengan claridad sobre sus responsabilidades, que los líderes tomen decisiones con confianza y que los clientes reciban un servicio consistente. Básicamente, se trata de estar preparados para lo inesperado y de mantener la confianza en todo momento.

.

En Avantare entendemos que la resiliencia no es un valor agregado, sino un componente esencial del éxito diario. Anticiparse, establecer prioridades y preparar al equipo son acciones clave para garantizar la continuidad de tu negocio, sin importar los desafíos.

¿Tu empresa está lista para cualquier imprevisto? Si tu respuesta es no, es momento de prepararse. Envíanos un mensaje.